Dependiendo de la capacidad del macetero y del tamaño de la planta, se puede hacer un trasplante durante el crecimiento vegetativo y/o a comienzos de la floración. Esto hay que evaluarlo caso a caso, a veces se requiere un solo trasplante y otras más de uno. El trasplante es una experiencia muy traumática para las plantas y por esta razón se requiere de rapidez, precisión y destreza manual para que el procedimiento tenga el menor impacto negativo posible sobre las plantas.

¿CÓMO SE HACE?

Poner la mano extendida sobre la superficie del sustrato ubicando el tallo principal de la planta entre los dedos. Volcar la planta boca abajo sujetando su base firmemente. Con la otra mano golpear suavemente la base del macetero hasta que el sustrato se desprenda. Colocar la planta en el nuevo contenedor y añadir sustrato hasta que su base este cubierta por todos sus costados. Dejar una superficie de 5cm de alto libre para poder regar con mayor comodidad.

A TENER EN CUENTA

  • Se debe realizar el trasplante cuando las raíces están entretejidas.
  • Evitar la exposición de las raíces a la luz por un período muy largo de tiempo. Realizar el trasplante a última hora del día, así tendrán la noche para recuperarse.
  • Al día siguiente, filtrar con una malla la intensidad de la luz para no exponer la planta directamente al sol o a las lámparas incandescentes.
  • Después de trasplantar mantener más humedad por un par de días y tratar de subir un poco las concentraciones de fósforo.
  • Cualquier producto que tenga hongos trichoderma o vitamina B ayudará a reducir el estrés por trasplante.

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